Un anteojo emblemático, que nunca pasa de moda y se renueva en cada temporada, es el ojo de gato. Surgió a mediados del siglo XX y su estilo terminaron de imponerlo las grandes divas en los años dorados de Hollywood.
Innovador por su diseño, este anteojo se convirtió con el tiempo en un clásico de todos los tiempos, símbolo de glamour y sofisticación. Las llamadas “gafas ojos de gato” se popularizaron en la década del cincuenta como un accesorio de moda híper femenino que, por la forma particular de su montura, otorgaba a las mujeres un estilo sofisticado y elegante. En pleno siglo XXI todavía siguen teniendo vigencia, y en cada temporada aparecen como protagonistas destacados en las colecciones de las principales marcas, tanto a nivel local como internacional.
La innovación de este tipo de anteojo estaba en las formas, caracterizadas por su novedoso diseño: recto en la parte superior y redondeado en la inferior, en tanto los remates laterales se prolongaban hacia arriba para lograr un efecto sensual, típico de la mirada felina. Solían fabricarse en plástico y las versiones más comunes eran de color pastel o imitación madreperla. Para sumarles glamour y estilo, era frecuente que estuvieran muy ornamentados con detalles, accesorios o piedras.
El empujón final para que terminara imponiéndose en todo el mundo se lo dio la industria del cine. Estos anteojos fueron los elegidos por estrellas de la época dorada de Hollywood, como Grace Kelly o Marilyn Monroe, y también por las divas europeas Brigitte Bardot y Sofía Loren. Aparecían luciéndolos tanto en las películas, como en los retratos de su vida cotidiana que publicaban las revistas del momento.
En su versión de sol como de receta, las gafas ojo de gato se pusieron de moda definitivamente entre 1950 y 1960, junto a la tendencia de considerar a los anteojos un complemento de estilo y glamour.
Gafas con estilo
El modelo Cat Eye traspasó cualquier frontera: desde Estados Unidos llegó a Europa, en donde obtuvo el mismo éxito. Y fue, desde un principio, adoptado por mujeres de todas las edades, ya que por su simpleza se adecuaba a los más variados estilos. Con infinidad de versiones, las casas de moda de Nueva York y París competían en fantasía y creatividad para ver cuál presentaba la pieza más elaborada y sofisticada; a veces un poco exageradas.
En aquel entonces las gafas de sol se convirtieron en un accesorio cada vez más apreciado, asociado a la imagen de los famosos y de las principales figuras de la pantalla grande, aquellas a las que todas las mujeres querían imitar. En ese contexto, no resultó extraño que los “ojo de gato” que cautivaron a la mayoría de las divas, alcanzaran tal repercusión.
En el ámbito local, este diseño también irrumpió en el ámbito literario y de los intelectuales, de la mano de Victoria Ocampo. Vanguardista y modelo del feminismo en versión criolla, la escritora y editora marcó una época en las letras de nuestro país. Y aún hoy es imposible evocar la imagen de Victoria Ocampo sin sus clásicos anteojos. Ella convirtió las gafas blancas ojo de gato en una marca de estilo.
Estos anteojos no lograron atraer al ambiente artístico sólo en el pasado: hoy suben a los escenarios nuevamente, de la mano de figuras del mundo del espectáculo y la música, como Rihanna, Katy Perry o Lady Gaga.
En el 2000 también
Con la llegada del nuevo milenio, la industria óptica continuó avanzando en tecnología y diseño sin olvidar los modelos de clásicos, que en sus versiones retro chic continúan vigentes. Desde hace ya algunas temporadas, los anteojos estilo años cincuenta volvieron a cobrar protagonismo, despertando casi el mismo furor que cuando se presentaron originalmente. Y en esta época, en algunos casos lo hacen incorporando ciertos toques futuristas a su diseño. Los más prestigiosos y reconocidos nombres del mundo de la moda suelen presentar gafas ojo de gato en sus desfiles, complementando con este invalorable accesorio los más variados modos de vestir.