La Ciudad de México, durante el sismo producido la semana pasada, fue escenario de un particular fenómeno luminoso: producto de las descargas electromagnéticas que provoca la fricción de las rocas, se vieron en el cielo las llamadas “Luces de terremoto”
Hace pocos días tuvo lugar en México un sismo de 7.1 grados en la escala de Richter, con epicentro en Acapulco pero que también se llegó a sentir en el Distrito Federal. Afortunadamente no hubo víctimas y tampoco daños estructurales en la ciudad de México; pero allí algo llamó la atención: el cielo se iluminó por algunos instantes extrañamente, debido a un suceso lumínico poco conocido.
Fue debido a las llamadas “luces de terremoto”, un fenómeno natural que se produce por la carga electromagnética que provocan las rocas al colapsar durante el movimiento telúrico. Este tipo de luces se han observado en otras ocasiones antes o después de algunos sismos.
Hay varias explicaciones para este fenómeno. Por un lado, el choque de las capas que generan el terremoto produce una carga eléctrica, esas ondas electromagnéticas ionizan el aire, y al llegar a las nubes golpean con las cargas que hay en su interior, provocando así los destellos.
Por otra parte, las rocas de distintos materiales presentes en la corteza terrestre, como el basalto y el gabro, tienen pequeñas imperfecciones en sus cristales. Cuando una onda sísmica las golpea, la fricción libera de ellas cargas eléctricas. Estas se juntan y salen disparadas a la superficie a gran velocidad, manifestándose en forma de descargas eléctricas y luz.
Los especialistas calculan que solamente el 0.5 por ciento de los sismos en el mundo producen estas luces, por lo que llegar a observarlas es algo muy raro.
Causado por el inusual movimiento que se produce en la corteza terrestre durante un terremoto, ese tipo de fenómenos pueden producir desde señales eléctricas y magnéticas anómalas, hasta luces que iluminan la cima de las montañas y provocan un extraño comportamiento de los animales.