Arte callejero: un engaño a la vista

08/20/2021

La anamorfosis es un juego de tridimensionalidad: permite que una imagen distorsionada revele su verdadera forma vista sólo desde un ángulo. Es un efecto de perspectiva utilizado en el arte callejero, para forzar al observador a un determinado punto de vista.

 

Un hombre camina por las calles de una gran ciudad, y al doblar una esquina queda, como por arte de magia, parado al filo de un abismo, a punto de caer en las aguas de una cascada, o inmerso en una selva exuberante. Todos los que pasan por allí dudan y se cuestionan cuál es la realidad tangible y cuál sólo una ilusión óptica.

 

Con estos trucos, el arte nos obliga a reconocer que nuestra percepción de la realidad es parcial e imperfecta, y depende siempre del punto de vista de quien la mira.

 

Sorprender al espectador

 

La anamorfosis (o anamorfismo) es la proyección desfigurada de una imagen sobre una superficie, que -cuando es vista desde un cierto punto- aparece en correcta proporción y forma. La técnica puede realizarse a través de procedimientos ópticos, por ejemplo, usando un instrumento auxiliar, como un espejo tubular; o utilizando un procedimiento matemático geométrico. El resultado es una imagen lateral, donde las proporciones están drásticamente alteradas, pero donde los puntos de la cuadrícula coinciden con los del original.

 

Puntos de vista

 

Esta técnica hoy se aplica con éxito en el arte callejero. El artista británico Julian Beever tal vez sea su exponente más conocido. Generalmente, pinta murales de tiza en las calles, y con una simple ilusión óptica logra imágenes muy bien hechas en 3D.

Los juegos anamórficos nos recuerdan que, aunque preferimos pensar que nuestros ojos nos transmiten en forma directa la realidad de los objetos, es el cerebro el que se encarga de interpretar al mundo que nos rodea.

 

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