Una triste noticia, de esas que nadie quiere leer ni escuchar, conmovió a todo el sector óptico la semana pasada: el 9 de agosto falleció el Dr. Erwin Voss, un auténtico pionero de la contactología, no sólo en Argentina sino en el mundo. Comprometido como pocos con su profesión, deja un recuerdo imborrable y un valioso legado.
Reconocido internacionalmente por sus logros, investigaciones y estudios, el Dr. Erwin Hermann Voss aportó todo su conocimiento para desarrollar una disciplina que recién comenzaba, cuando él la abrazó con entusiasmo y enorme dedicación. Desde entonces, fue el motivo que impulsó su vida profesional: por medio de esa disciplina buscó siempre ayudar a las personas con problemas visuales, y darles una mejor calidad de vida.
Es de público conocimiento su trabajo en el campo de las lentes de contacto y también de la Baja Visión. Pero su exitosa carrera fue de la mano con su propia historia personal, marcada por la superación y el esfuerzo, desde el momento en que tuvo que emigrar con su familia, cuando era muy pequeño, huyendo del régimen nazi
Nació en Alemania en 1929, y llegó a la Argentina con apenas ocho años. Del puerto de Buenos Aires fue junto a sus padres en tren a Entre Ríos, donde se radicó por unos años. Luego regresó a la ciudad, y trabajó de mozo en una confitería ubicada en Forest y Avenida de Los Incas. Allí, de casualidad, tuvo su primer acercamiento al rubro: le ofrecieron trabajar en un taller de óptica, y Erwin Voss aceptó, pero creyendo en un principio que se trataba de algo relacionado más bien con la fotografía.
El Dr. Voss siempre supo reconocer las oportunidades que se le presentaban en la vida y las aprovechó al cien por ciento, para dedicarse con esmero a aquello en donde encontraría su auténtica vocación y que se convirtió en su fuerza vital.
El comienzo de su propio camino
Cuando sus padres se mudaron a Chascomús para encarar otro proyecto comercial, el joven Erwin Voss se fue a vivir solo a una pensión. Y comenzó a estudiar óptica en el colegio Otto Krause, integrando la segunda camada que cursó allí la carrera.
Al tiempo, Voss vio en el diario un aviso del doctor Daniel Nicolás Eusebio de Oliveira César, que ofrecía lentes de contacto corneales. Y decidió sumarse a ese emprendimiento, sobre el que recordaría en una de las tantas notas hechas en Fotoptica: «era todo muy artesanal. Fabricábamos los lentes en una habitación de servicio de la casa, donde teníamos las prensas y los moldes; y al mediodía nos íbamos al consultorio para atender a los pacientes”.
Una historia de superación y esfuerzo constante
Como suele decirse, la historia de una persona suele marcarla para siempre, por lo que el aspecto profesional en general no puede desligarse de sus orígenes. Queda claro que los duros momentos atravesados de niño forjaron la personalidad de Erwin Voss, le dieron fuerzas para sobreponerse siempre a la adversidad y le permitieron comprender, desde pequeño, la importancia del esfuerzo para alcanzar las metas que uno se propone.
Junto a aquel médico que asistía, continuó desarrollando en el país las lentes de contacto, algo primitivas todavía y que debían utilizarse con una gran cantidad de gotas anestésicas. Una anécdota que contó alguna vez, ilustraba la forma de trabajar en ese momento. «para darle la curvatura de la córnea a las lentes, usábamos tres rulemanes, cada uno con una medida distinta. Y teníamos que encontrar la forma de que todos los pacientes se adaptaran a esas medidas”.
Su compromiso profesional, y el éxito comercial
Erwin Voss fundó en 1950 el laboratorio Focus, donde -además de atender pacientes- empezó a dictar cursos de capacitación y experimentaba con distintas técnicas para la elaboración de lentes de contacto.
Su agudo instinto comercial lo lleva a asociarse con Wesley-Jessen, lo que le permitió crecer como empresa y transformarse así en Plastic Contact Lens Argentina. Ese acuerdo comercial que se extendió hasta 1980 le permitió estar siempre a la vanguardia en la industria de la contactología. Pero no sólo se dedicó a la fabricación y comercialización de lentes de contacto a ópticas de la Argentina y países vecinos, sino que Pupilent Voss, su Departamento Minorista, se transformó en sinónimo de lentes de contacto para el público usuario.
En 1998 Plastic Contact Lens Argentina vendió su división mayorista a Wesley Jessen Corporation, y el Departamento Minorista se estableció como empresa independiente con el nombre Pupilent S.A., convirtiéndose así en una de las cadenas de ópticas más importante del mercado argentino.
A lo largo de su extensa trayectoria, cursó estudios y obtuvo distintos títulos en el exterior, especializándose en todo lo referente a las lentes de contacto. Hasta llegar a convertirse en uno de los especialistas más destacados en ese ámbito, investigador, creador de diversas compañías referentes del sector, reconocido académicamente, autor de varios libros y miembro de las principales organizaciones y asociaciones científicas internacionales.
Con el mismo entusiasmo, compromiso y ganas de adquirir conocimientos para ofrecerle una solución a sus pacientes, el Dr. Voss se dedicó también a la Baja Visión: fundó un Centro especializado en ese tema, referente en el país.
El mayor legado, una filosofía de trabajo
Sobre las claves de su exitosa carrera, señalaba: “fue esencial la ética y mantener una buena estructura, junto a mucho trabajo. Yo fui verdaderamente un animal de trabajo, y llegué a dedicarle quince horas diarias al mismo. No hay otro secreto”
Con el correr de los años, y luego de consolidar su nombre en la profesión, pudo dedicarse más tiempo a sí mismo, disfrutando de ciertas actividades con las que renovaba su energía: los viajes a los lagos del sur argentino para jugar al golf y pescar; visitar las playas de Punta del Este; su pasión por la ópera y la lectura; eran solo algunos de sus pasatiempos favoritos. Sabedor de lo bueno de la vida, trataba siempre de hacerse un hueco en su agenda para esos placeres, que gozaba mucho más compartiéndolos con amigos.
Una vez en Fotoptica le pedimos un consejo para las nuevas generaciones que comienzan en la profesión. Recordar hoy su respuesta, reafirma las claras ideas que tenía sobre el compromiso que significa dedicarse a la salud visual: “Les diría que hay que combinar una dosis de conocimiento, con algo de talento y muchas ganas de trabajar. Hay que apostar a invertir, tener siempre los últimos equipos, y estar actualizado tecnológicamente. El paciente tendrá luego el derecho de elegir, pero uno tiene el deber profesional de recomendarle siempre lo mejor”.
El Dr. Ervin Voss marcó un antes y un después en la óptica argentina. Supo construir un prestigio único, indiscutido y reconocido mundialmente, que mantuvo intacto a lo largo de varias décadas de trayectoria. Para todos los que tuvieron el placer de conocerlo, formarse a su lado, aprender de él, escucharlo en alguna conferencia o leer sus libros, el mejor recuerdo es mantener vivo su legado. Y tratar de seguir su ejemplo. Tarea difícil, pero -como él mismo demostró- nada es imposible. Al menos, siempre vale la pena intentarlo.
Muchas gracias querido Dr. Voss por todo lo que nos deja, hasta siempre.