A veces una circunstancia externa generalizada como la pandemia de COVID 19 conduce a la humanidad a enfrentar un cambio cultural que podría ser permanente.
Ante la amenaza del nuevo virus, el aislamiento social y la restricción de desplazamientos se convirtieron en un recurso para protegernos. Esta realidad requirió poner en práctica nuevas herramientas de comunicación. Para continuar con las tareas educativas, profesionales y comerciales a distancia comenzamos a utilizar plataformas online y adoptamos el teletrabajo, las compras a través de Internet y los sistemas de entrega a domicilio. Por supuesto, el mercado óptico no ha sido ajeno a este proceso y entonces surgen muchas preguntas: ¿qué hábitos de trabajo abandonaremos para siempre? ¿cómo nos adaptaremos?
Una de las grandes innovaciones del siglo XXI es la telecultura, y la salida de la cuarentena implicará darle cabida, en cada una de nuestras prácticas, a los cambios que necesariamente se han producido en este tiempo:
- ¿Volverá el público al cine o preferirá ver películas en sus casas?
- ¿Convalidarán los clientes largas colas en los bancos, en lugar de turnos de atención?
- ¿Habrá más cursos y carreras a distancia o predominarán los presenciales?
- ¿La gente volverá a viajar en transporte público en las mismas condiciones que antes de la pandemia?
- A una estructura ya preparada (herramientas tecnológicas), se le sumó una necesidad (la cuarentena). Y esa combinación generó una modificación en las prácticas y hábitos de las personas.
El mundo del trabajo
La cuarentena obligatoria hizo que muchas personas que asistían día a día a sus oficinas o negocios se sumaran al trabajo a distancia.
- Aumentó la productividad y el bienestar de la sociedad.
- La telecultura permite más libertad mientras se trabaja, mientras se realizan compras o se aprende.
- Redunda en menos cansancio al final del día, con más tiempo y energía para otras actividades.
Para los empresarios, la telecultura trae aparejada otras ventajas
- Menores costos de uso de inmuebles
- Menor necesidad de personal.
Estos cambios también traen como consecuencia distintos beneficios para el consumidor
- Recibir a domicilio los productos elegidos evita esperas en los negocios
- No hace falta recorrer largas distancias para ir a un centro de compras
- Permite comparar precios rápidamente en Internet.
Cuanto más rápido seamos conscientes del cambio cultural que se está produciendo, mejor podremos adaptarnos a las nuevas expectativas y necesidades.
¿Qué va a pasar en las ópticas?
Actividades como la de las ópticas seguirán siendo presenciales. Pero es probable que se incorporen algunas innovaciones de la telecultura:
- Turnos a distancia para no tener que esperar al llegar a un local
- Una mayor comunicación virtual, para consultar acerca de productos y servicios.
Aunque la compra se concrete de manera presencial, preparar esa operación puede tener varios componentes de comunicación a distancia.
Para entender un poco mejor la dimensión de esta transformación te invitamos a ver la entrevista completa con el Dr Leonardo Glikin LINK AQUÍ
(*) Por el Dr. Leonardo Glikin
El autor dirige el Programa de Empresas Familiares de la Universidad Torcuato Di Tella.